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.PRÓLOGO — I
Zangetsu Hōzuki — Bitácora ninja:
Mi mundo todo lo que ha dado vueltas tras mis narices ha sido el campamento de mi clan, un lugar de pura jerarquía dónde la palabra 'afecto' no estaba en ningún habitante. Nací, crecí, conviví con eso, con esos rastros de odio puro y desidia acumulada sin que a nadie le interesasen los demás. Me mantuve como espía encubierto por incluso más de la mitad de mi infancia. A los (8) ocho años ya tenía la disciplina exacta para empuñar una hoja y estocar a un enemigo. He visto este mundo desde los ojos de un asesino, no hay otra persona más allá del reflejo del agua que un juguete. Soy la herramienta que necesitan usar para amedrentar la nación que hoy, tanto les asusta. Soy un ninja, hijo de las naciones, nacido del agua. Huérfano de aquello que llaman padres pero carente de eso que llaman abandono. Aunque no me reconociera, aunque no mostrara mi identidad, sabría que muchas cosas por la que lamentan otros, no lo circunstanciaba yo.
Mi sentido de soledad era a mí parecer, era más grande que eso porque no se dibujaba solamente por la familia o los compañeros que actualmente o quizá nunca, tuve. Sino más bien, en la tristeza de sentir una generación por más de 15 años que no ha cambiado sus hábitos en ningún momento. Toda la cadena de odio se ha mantenido intacta, cada día con más fuerza. Cada segundo que sucede al mundo una persona fallece y a eso; un nuevo odio es creado. Las razones para odiar estaban en todas partes. Era imposible decir que habría un shinobi que viviese 'realmente bien'. Que no hubiera una generación que no conociera lo que era el hambre. Toda esta era se habría vuelto inevitable, sus causales producto de sus efectos eran irreparables. No pudiéramos jamás en la vida borrar esta marca en la historia ninja, esta asquerosa cicatriz. Sino más bien, tener que vivir con ella para poder avanzar. Tendríamos que cada uno en persona dar un impacto social para vivir lo que realmente merecíamos. Vivir una época de paz.
Aún así sea un doble agente, aún así merezca ser asesinado. Tendría un sueño.. como todos. Y aunque no conociera la paz, ni creyera en su existencia. Creía en el talento humano para formar cualquier cosa y cómo ejemplo me tomaría a mi mismo. Yo me considero lo realmente hábil como para dar un cambio a este mundo tan doloroso. ¿Si no pudiera ser una persona cómo yo, quién? Para poder otorgar los cambios hay que inevitablemente sufrir. No conocería otro dolor más profundo que él que ya estaría habitando. Sin importar mis lazos afectivos con cualquiera de mis hermanos. Mi objetivo era formar un puente al mundo. Posiblemente.. yo sería un pilar..Logro Bienvenido al Shinobi Sekai.
Mi historia..
Edited by xRookie - 20/4/2024, 16:40. -
.JoacoDiscord: Joaco
TRAMA VALIDA!
Recibes 3 EXP del Logro en conjunto de 3 EXP por la propia trama.
Muchos Exitos!
Te recomendamos pasarte por uno de estos sistemas:
Sistema de Stats
Sistema de Combate. -
.PRÓLOGO — II
Zangetsu Hōzuki — Bitácora ninja:
Apunté mis pies al suelo y con estos empujé mi torso hacia atrás levantando las patas delanteras de la silla, manteniéndome equilibrado en las traseras.
Llevé mis manos detrás de la nuca y, meciéndose ligeramente, Snoró aburrido.
No sacaré una araña del agujero continuando a este ritmo.
Con un impulso llevé la silla de vuelta a la posición más adecuada para su uso, apoyando mis suelas en el suelo nuevamente.
La habitación estaba envuelta en luz tenue. El único haz de luz que lo atravesaba provenía de una grieta en un antiguo conducto de ventilación ahora en desuso. El escritorio estaba iluminado por una lámpara que descansaba allí, que sufría caídas irregulares de intensidad debido a un sistema eléctrico precario y obsoleto. Ese refugio, obtenido de una cueva natural en el subsuelo del bosque en las afueras de Mizu no kuni, ciertamente no fue elegido por conveniencia, pero garantizó un buen grado de confidencialidad y, en general, la atmósfera interior reconcilió el estudio. Durante semanas había estado leyendo y releyendo varios volúmenes que trataban sobre desarrollos particulares en las habilidades shinobi, estudios del cuerpo humano además de multiples estudios sobre habilidades antiguas, pero no importa cuánto tardará toda esa información le haria de mucha utilidad. Además, junto a las líneas mecanografiadas, las notas cuya autoría era atribuible a mi abuelo, cuya caligrafía había aprendido a reconocer, no hicieron más que alimentar aún más mis perplejidades. Así que cerré el tomo frente a mí, que emitió un ligero golpe y soltó un pequeño soplo de polvo en sus lados. Como todos los componentes de esa colección ambigua, se vio afectada por la falta de uso a lo largo de los años; después de todo, ese lugar había sido abandonado durante aproximadamente una década.
Con un pequeño soplido apagaba un velón. Me levanté y conseguí la salida, después de asegurarme con un vistazo rápido de que todo estaba en orden. Una vez al aire libre descubrí que el sol estaba a punto de ponerse. El verano estaba llegando a su fin y los días se acortaban. Además, dentro del campo de entrenamiento, inmerso en mis estudios, era casi imposible tener en cuenta el tiempo que pasaba y a veces, como en aquella ocasión, incluso me olvidaba de comer. Miré a mi alrededor para asegurarme de que estaba solo. No sé por qué lo hice, no tenía nada que ocultar. El bosque de Mizu no Kuni era bastante denso y a medida que avanzaba la oscuridad se volvía más sombrío y aparentemente inhóspito. Casi parecía que no aceptaba intrusos, excepto los habitantes de su propio ecosistema. Cómo culparla. Metí las manos en los bolsillos delanteros de mis pantalones y caminé a casa. Caminé con hábito, confiando mi mente a mis pensamientos en un intento de ordenarlos.
Estamos en el habitual.. Sigo gastando energía buscando respuestas a preguntas que básicamente ni siquiera debería hacerme. Llevaré este estúpido vicio a la tumba, es más fuerte que yo; de hecho, es más probable que sea él quien me traiga..
Casa Lago Ibuse Llegado a la puerta de la casa el sol había despedido ahora nuestro archipiélago dejando la hegemonía del cielo a una luna en fase menguante, acompañada de sus amigos estrella, que, gracias a la distancia de las luces del centro de la ciudad, eran claramente visibles y reflejadas en las frías aguas del lago Ibuse.
Los sonidos de la naturaleza parecían marcar el tiempo en ese rincón del mundo que yo había elegido como mi hogar; flora y fauna unidas como en una orquesta: mía, personal. Ese espectáculo que cada noche me repetía nunca lo hubiera olvidado en mi vida.
Durante la cena, en soledad como de costumbre, como a menudo me sucedía en ese último período, pensé en mis padres, que se habían ido en una misión durante más de unas pocas
semanas. El equilibrio entre las partes, en su mayoría mantenido por la necesidad de estudiar y prepararse, parecía dispuesto a romperse en cualquier momento. Algo se movía en las sombras. Nunca había cuestionado las posibilidades de devolver a mis padres, pero con el paso del tiempo mis convicciones también comenzaron a tambalearse. Aunque muy rara vez me dejé llevar por el sentimentalismo, sentí la necesidad de abrazarlos de nuevo. Mi estado de ánimo, ciertamente no el mejor, afectó mi apetito, así como mis entrenamientos y sueño. Dejé esa comida a mitad de camino y, después de pasar una buena media hora contemplando la naturaleza bajo el pequeño porche de la casa, volví a sumergirme en mi cama. Necesitaba seriamente descansar. Una pesadilla recurrente atormentaba mis noches. Cerré los ojos con la esperanza de encontrar algo de paz.Perdición
Inmersión al descubrimiento de nuevas habilidades..
Edited by xRookie - 20/4/2024, 16:40. -
.PRÓLOGO — III
Zangetsu Hōzuki — Bitácora ninja:
Los estridentes gritos del afilar de las cuchillas habían seguido atormentándome mientras dormía, noche tras noche, durante algunas semanas. Cuerpos desmembrados se aferraron a mis párpados y terminaron estirándose hasta tocar el suelo antes de que mis ojos se salieran de sus órbitas y luego implosionaran en el vacío. El incendio lejano de las chozas resonaba en mi cerebro como un leitmotiv macabro y de vez en cuando los objetos a mi alrededor se autocomsumían, adquiriendo rasgos humanos y suplicando clemencia con su mirada. Me decía a mí mismo que tarde o temprano pasaría y que el tiempo seguiría su curso. Sin embargo, en los últimos días las visiones se han vuelto más frecuentes y cada vez más horripilantes.
Caminé por los pasillos de la base tratando de ahuyentar ese tormento pero cada vez que lo intentaba el efecto era el contrario.
«No te ves bien últimamente, Zangetsu. Eché un vistazo a tu aventura en las tierras de esos salvajes... un buen trabajo. Demasiado, diría yo. Por supuesto, si hubieras intentado mirar más allá de tu nariz, podrías haberte dado cuenta de que el niño en sus débiles brazos era en realidad el Kirakami. » Hizo una breve pausa antes de lanzar su estocada. « Quizás el jefe espera demasiado de ti. »
Una voz petulante que dolía como poco el alma. La expresión provocativa y pedante completaba el cuadro de aquel ser insoportable.
«Cállate la boca, Mahito. »
Pasé junto a él mientras el eco de su risa resonaba en las paredes.
Llegué frente a una puerta de acero satinado, que al reconocer mi figura me permitió el paso. Ante mis ojos se extendía una gran sala completamente desnuda. En el centro un ninja esperaba mi llegada.
« Inicio del entrenamiento número 148 »
Había pasado casi un año desde que el campamento fue invadido por unos saqueadores, producto del grupo criminal Ka no Su, con el sustento mi familia; en lo que definirían sin rodeos como traición, a pesar de que continuaron ocurriendo subterfugios y juegos de poder contra la generación joven.
En Sazan'dur había encontrado las mismas hipocresías.
El entorno a mi alrededor se transformó en una extensión de agua y ésta fue inmediatamente manipulada por Mahito en un intento de atraparme. Logré escapar de la primera ola y me concentré en desvainar mi katana. Los iris se volvieron rojo violáceo y al mismo tiempo una chispa voló entre mis sinapsis, interrumpiendo cada proceso cognitivo por un fugaz momento. Aterricé de rodillas con la cabeza entre las manos, guiada por el instinto. Era como si todas esas perturbaciones se hubieran concentrado -en toda su intensidad- en ese momento. Probablemente las propiedades del Magan habían enfatizado esos recuerdos a través de las emociones que la memoria retenía y mi cerebro no se había mostrado preparado para soportar el peso.
Como si fuera poco, una masa de agua me golpeó, impactando en mi pecho y haciéndome volar unos metros más atrás.
«Maldita sea… esto no es bueno. »
Me recuperé. Sentí la densidad del agua en mi piel, entre mi ropa mojada y dentro de mis oídos. El Jiki, el objetivo de mi misión, fue el último en golpearme con uno de esos jutsu.
Pensé que no era el momento de insistir en esos aspectos. Ahora yo era el que tenía un gran problema. Ya no era capaz de controlar mi naturaleza innata y mi cerebro estaba nublado por las torturas de los sazanitas.
« No. Tengo que mantener la calma. » Inspiré y exhalé profundamente para comenzar a controlar el ritmo de mi respiración y los latidos del corazón.
El oponente pareció hacerme una pausa, como si pudiera leer la conspiración detrás de la situación.
« ¡¡Si este martirio debe acompañarme para siempre, que al menos lo haga a mi favor!! » Con determinación y coraje abrí mucho los ojos mientras condensaba más chakra de lo habitual. Expandí mi pecho y llené mis pulmones, lista para asumir la carga. Juntando mis palmas escupí una gran cantidad de agua, formando una enorme ola compuesta de otras más pequeñas Zangetsu se iluminó más brillante e intenso que nunca, otorgándose el máximo poder.
Sentí que podía controlar todo en esa simulación y - finalmente libre para expresar mi fuerza - miré al escualido y saboreé el deseo de destruirlo pasando mi lengua entre mis labios.FIN DEL PRÓLOGO
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Ambas tramas válidas.
Puedes sumarte 4 Puntos de Experiencia por cada una (8 en total)
Esperamos seguir viendo la historia de Zangetsu.... -
.ASESINO OCULTO EN LA NEBLINA — I
Zangetsu Hōzuki — Bitácora ninja:
El fuego ardía intensamente en la costa norte del continente sur, la Darsena se había perdido y los pocos supervivientes de la masacre de la "Resistencia" corrían hacia el barco que podría haberlos llevado a un lugar seguro; lejos de la guerra, la muerte y la desesperación en la que estaban estancados.
En aquella chusma impía y vociferante, los hombres agarraban a las mujeres por el pelo, tirándolas hacia atrás tratando de trepar por encima de ellas y adelantarlas en la loca carrera hacia el muelle, y los niños eran inexorablemente pisoteados por los adultos, acabando muriendo con el cráneo aplastado. sobre el cemento del puerto por un torrente de gente que aparentemente no conocía fin ni respiro.
Los pocos altruistas que decidieron darle la espalda al barco, volvieron su pecho hacia los esclavistas, quienes, gracias a su mayor número y preparación bélica, no hacían distinción entre hombres, mujeres o niños, masacrando a unos y violando a otros, incluso a los niños. , antes de atarlos y meterlos en los carros, un destino mucho peor que la muerte.
La batalla parecía perdida, los pocos hombres capaces de empuñar un arma intentaban proteger a su esposa e hijos, y en el tumulto de la batalla, solo una figura destacaba entre todas, un chico de cabello plateado, facciones elegantes y ojos tan azules. como el mar de la Víbora.
La húmeda neblina ocultaba el rastro del shinobi. Zangetsu se desplazaba dentro de su técnica mientras blandía su Katana con una facilidad pasmosa. Los cuerpos caían mientras el pelotón de la Resistencia veía sus engrosados números decaer corte a corte, segundo a segundo, asesinato a asesinato.
Sus rivales no eran oponentes dignos, en su mayoría genin y chuunin que no esperaban que su misión se tornase tan sangrienta en un giro inesperado de las cosas. La misión de Zangetsu, por otro lado, se trataba de aquello en lo que siempre fue bueno: el asesinato. Si bien no su tarea favorita, era a este punto aquella por la que había nacido. Un Houzuki con mortíferas habilidades con el filo y la capacidad de esconderse en la neblina, los cuentos de campamento contaban acerca de pelotones enteros asesinados durante una neblina como esta. Si bien a Zangetsu le encantaría tomar el crédito por ello, la verdad era que normalmente traía a sus aliados consigo permitiéndole una aniquilación rápida y silenciosa de sus enemigos.
Esta vez Zangetsu estaba solo.
Cuando bailaba en la bruma se sentía vivo. No era un sádico, pero en las densas volutas no podías ver más que gris y los gritos no se oían; el Houzuki era más eficaz que eso.
Mientras danzaba podía olvidarse de los problemas, podía ser lo que quisiera. En aquel mar de gris nadie lo veía, nadie lo oía, y lo mejor de todo: él no veía a sus enemigos. No escuchaba sus súplicas, no presenciaba sus lágrimas. A Zangetsu aún le perturbaba el sonido de los huesos al romperse, de la carne al ser cercenada pero, ¿qué podía hacer al respecto? Por lo menos la niebla era un bálsamo, un lubricante al acto en sí mismo.
« ¡Déjanos ir, por favor, nos rendimos, llevate todo! »
Ah, ahí iba de nuevo. Aquel espantoso sonido. ¿Por qué tenían que arruinarlo? La mayoría de ninjas tenían la sensatez de ocultarse también en la neblina, así retrasarían su muerte a manos de Zangetsu, pero los novatos a menudo no contaban del temple y los nervios de acero necesarios como para tal proeza. Zangetsu detestaba los gritos, odiaba escucharlos, le enfurecía hasta los huesos que lo despertaran de tal inmersiva hipnosis, trayéndolo a la cruda realidad. Trayéndole la verdad.
Zangetsu era un asesino.
« — ¡BASTA, DETENTE, DETENTE, NO, NO! »
Empezó por los brazos.
Zangetsu normalmente era un asesino silencioso, pero la cólera lo impulsó a hacer una única excepción. Los huesos sonaron ominosamente cuando fueron quebrados por el pesado metal de la katana. Los miembros volaron y Zangetsu en un descuido manchó parte de su propio rostro con la sangre de su víctima.
Siguieron las piernas.
Los gritos eran interrumpidos sólo porque la voz fallaba. Un puñetazo voló hasta la garganta del torturado genin para callarlo.
« — Cómo odio los gritos...— » La voz del asesino sonaba ronca, como el rugido callado del más iracundo. Sus dientes rechinaban con fuerza mientras trabajaba, vicioso, concienzudo en su tarea. Partidos los tobillos, siguieron las rótulas.
« — ¿Dónde tienen las pertenencias robadas?...— »
Zangetsu empleaba la Katana en su lado sin filo, no quería que su amiguito se desangrara hasta la muerte.
« — Aghggg... nuestras reservas están refugiadas en un carrosel a las afueras del campamento..
Por si la niebla no era suficiente, el genin fue cegado. Sus ojos aplastados con los pulgares del Houzuki. La crueldad había ascendido a Zangetsu recientemente; se le olvidaba, sus tareas seguían siendo impropias la de un rebelde, no las de un líder.
Zangetsu sabia que la Resistencia tenian en su posición multiples armamentos, la idealización de esta misión era no más una dicha para poder alcanzar más poder por si mismo, en los instantes que Zangetsu sale a las afueras del campamento se percata del avistamiento de unas de las carrozas las cual al investigarla es notable una de las 7 espadas de la nieba, tendria la forma de cuchilla de carnicero, un círculo cortado de la parte superior y un semicírculo cerca de la manija.
La Kubikiribōchō era obtenida como premio de guerra por el propio Houzuki mantiendo su temple sobre su espalda.
Zangetsu terminó su misión y se dirigió de nuevo a Mizu no Kuni.Zangetsu Hōzuki obtiene la Kubikirobocho
Su moralidad cambia a Neutral Caótico.
Edited by xRookie - 8/5/2024, 22:23. -
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Excelente trama, Zangetsu desbloquea la legendaria Kubikiribōchō.
Obtienes 4 EXP por la trama..
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